Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

miércoles, 30 de enero de 2013

2013




La temporada de turismo de enero fue mejor que las dos anteriores, pero nunca como aquellas de 2010 y 2009. Fotos: Morelia Morillo

Por acá 2013 comenzó así: con la llegada de 23 549 turistas, más que durante los dos años anteriores, pero menos que en enero de 2010. Calles congestionadas, dinero a pie y en carro y, al partir, latas de cerveza en las vías de acceso a los saltos, nuevas trochas, orquídeas abandonadas a su suerte sobre las rocas.

“La Gran Sabana: Bueno empiezo por ser tan bonita y también tener a los animales, los ríos, tepuyes, por sus formas, pero cuando es Navidad y vienen los turistas eso se vuelve un (…)”. Le he dicho a mi hija Violeta, de nueve años, que no use groserías, pero incluso las escribe.

 Jaime, posadero de Kumarakapay, observó que “esta vez no vinieron los de las camionetotas” ¿A dónde irían? Mas, por alguna razón, mucha gente viajó en camiones 350, sentados sobre sillas de plástico, de ruedas o tendidos en chinchorros, con o sin en el enrejado para el ganado.

Los indígenas pemón anunciaron que se harán cargo de la administración y custodia del sector oriental del Parque Nacional Canaima – de la Gran Sabana- a partir de Semana Santa.

Los brasileros llegaron incluso durante la segunda quincena de enero; de vacaciones escolares, en busca de playas, de tiendas baratas. Rumbo a Margarita, con sandalias, pantalones cortos, lentes oscuros. 100 carros traspasaron la frontera a diario.

El real se disparó. Frente a un local comercial de la calle Ikabarú, a pocos metros de la Alcaldía, el cambio del día se publica sobre una hoja de papel bond tamaño carta, prendida sobre un aviso metálico aparcado casi al centro de la calzada. En los comercios locales (especialmente en los chinos) los precios también se dispararon.

La gasolina venezolana (en el mercado negro) llegó a 12 bolívares y las colas, en las dos estaciones de servicio, las más largas de los últimos meses. Para el día de Reyes, los ocupantes de seis carros –caraqueños todos- pasaron la noche en la Estación Gran Sabana. Abrieron sus carpas de techo y durmieron a ratos.

Los taxistas mantienen el aumento decembrino. La tarifa mínima ahora es de Bs. 20, pero, como en Santa de Elena de Uairén no hay autobuses, la suma diaria por concepto de transporte ronda los Bs. 80 al día: ida, vuelta, ida y vuelta. Demasiado para un salario mínimo.

Dos funcionarios de jean, franelas negras y lentes oscuros de la Policía Federal Brasilera fiscalizan el paso de la pampas (camionetitas pequeñas, pero de grandes tanques) hacia Venezuela y, de súbito, desaparecieron las colas en las dos estaciones de combustible disponibles en la capital de Gran Sabana.

El jueves 17 llegaron los boinas rojas de la 51 Brigada de Infantería de Selva Paracaidistas. Se apostaron en algunos de los puntos tradicionalmente ocupados por la GNB, incluyendo la zona minera de Ikabarú y la Aduana Ecológica.

Durante los primeros 27 días del mes no llovió. Apenas un par de nubes rociaron el calor de la tarde y siguieron. El 28 cayó un chubasco, sin brisa, sin rayos. El 29 y 30 repitió el chaparrón. Paso de luna.

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