Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

domingo, 23 de mayo de 2010

Una vez más: tres horas y media de cola

Siempre temí que este blog terminara convirtiéndose en un espacio de denuncias o en una trinchera “anti talibán”.

Acá, en la frontera entre Venezuela y Brasil, se les conoce como “talibanes” a los contrabandistas de gasolina. Los talibanes de acá también ejecutan acciones extremas, como dejar su carro en la cola desde la noche anterior e irse a dormir en casa. Total quien les va a robar algo, se trata de chatarras compradas como cisternas.

Pero tengo que volver sobre el tema.

Quienes el lunes pasado (17/05) acudieron a la estación de servicio Texaco para llenar sus tanques de combustible debieron hacer tres horas y media de cola.

¿La razón? Desde el viernes de la semana antepasada se dañó uno de los cuatro surtidores abiertos al público general. Con “un pico menos” la fila se mantuvo sobre los quinientos metros y los efectivos del Ejército, que intentan controlar el desmadre desde hace casi cinco años, una vez más, no lo lograron.

La situación no es sencilla:
a. En el municipio Gran Sabana, la mayoría vive de la minería ilegal y muchos de los mineros han tenido que huir ante la irrupción del Plan Caura, una iniciativa gubernamental que ha venido a resucitar el Plan de Reconversión minera, el programa oficial destinado a ponerle fin al negocio que amenaza a la amazonia y la cuenca alta del río Caroní, las aguas que generan buena parte de la electricidad del país.

b. Quienes no saben de ese oficio o no se arriesgan a embarcarse en la minería se ganan la vida vendiendo gasolina a los brasileros. Actualmente, el litro se cotiza en 4 mil bolívares el equivalente a un real, pues en Boa Vista, la ciudad brasilera más cercana, cuesta 2,90 reales.

c. Quienes nos negamos a probar de la ilegalidad migramos al “taxeo”, es decir al taxi, pues aquí no existe transporte colectivo ni fuentes de trabajo.

¿Y el turismo? La Gran Sabana es sin duda una de las zonas más bellas del planeta, pero el turismo sigue siendo un negocio de algunos pocos, costoso, amenazado por las consecuencias de los negocios ilegales que prosperan en paralelo y muy poco promocionado.
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